viernes, 1 de enero de 2010

Aquel niño

No me gustan los niños, los que me conocen lo saben muy bien, digámoslo así, no tengo gracia para ellos.
Pero aquel niño me sorprendió, si, me sorprendió, debía de tener cerca de 5 años. Le conocí en un centro comercial, más en concreto en una pista de patinaje de un centro comercial. En aquella pista de patinaje había muha gente patinando, pero él destacaba sobre los demás y no por su habilidad al patinar, más bien por lo contrario. Nunca he visto a un nño tan torpe como aquél, muy torpe, super torpe diría yo. Me hizo reir bastante. Bueno en realidad le estuve observando desde la distancia. No es bueno reirse de los demás y sobre todo cuando se tropiezan o se caen pero aquel niño no despertaba en mi pena, no, ni mucho menos. Sentía admiración por un niño de 5 años, sorprendente pero sí, nunca sabes en que momento te puede sorprender la gente. El niño no paraba de caerse al hielo una y otra vez pero no cesaba en levantarse una y otra vez. Yo creo que cuanto más se caía más rápido se levantaba, no se rendía. Por lo menos le ví caerse veinte veces, pues veinte veces que se levantaba y lo volvía a intentar.

Gracias a ese niño por hacerme recordar la palabra perseverancia, hasta los niños de 5 años tienen su propia avalancha, sorprendente y digno de admirar.

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