lunes, 9 de noviembre de 2009

La pausa

Lo tuve que hacer, el camino era largo, sombrío, tedioso. Anduve dudando pero en aquel preciso momento se me disiparon las dudas, justo en el momento donde el cierzo no te permite respirar, en aquella zona desangelada en la que sólo se respiraba humedad, donde los deseos no te paran de apretar y los párpados no aguantan ya, donde tus sueños se acaban de lapidar.
Después de aquel momento el espíritu aumentó, cambiando los aires alborotados y esquivando la pesadilla, tras afinar melodías de perdedor.
Estoy preparado, hice una pausa, recuperé el suspiro y el apetito hacia esas estrellas que alimentan mis sueños.
La pausa, siempre necesaria.

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